martes, 7 de junio de 2011

La ordenanza del bautismo


Lo que la IGLESIA DE DIOS (7° DIA) A.R. cree y proclama referente a La ordenanza del bautismo es: que ha venido directamente de nuestro Señor Jesucristo como algo imprescindible que deben realizar en su favor,
El bautismo es el siguiente paso después de la Fe, el arrepentimiento y la conversión
Creer en Jesucristo y ser bautizado es el medio para ser salvo (Hechos 18:8), pues creer significa aceptar, tener fe (Hechos 8: 12), pero antes del bautismo, el hombre deberá arrepentirse: “Y Pedro les dice: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38): “… arrepentíos y convertíos…” (Hechos 3:19).
El bautismo, símbolo de muerte al pecado y vida para Dios
“¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida (Romanos 6.3-5).
Forma de efectuar el bautismo
El acto del bautismo está limitado a una sola forma .En la Biblia, donde se encuentra la palabra bautismo, ésta ha sido traducida del original griego “Bautizo”, que significa “ser sumergido” (Diccionario Strong, de palabras en el Testamento Griego).
Así que, cuando una persona es bautizada, debe ser “sumergida” en el agua .Esta fue la forma de bautismo practicada por los apóstoles y utilizada por la Iglesia primitiva. En el bautismo del eunuco Etíope, se registra lo siguiente: “… descendieron ambos al agua, Felipe y el Eunuco; y bautizóle” (Hechos 8:36-38).Y fue necesario que ambos descendieran al agua; así como cuando Jesús fue bautizado.

Mundanalidad


Lo que la IGLESIA DE DIOS (7° DIA) A.R. cree y proclama referente a la Mundanalidad, es que:
a) Dios condena la mundanalidad, que incluye: Lujuria de la carne, lujuria de los ojos y el orgullo de la vida.
b) Por tanto, el cristiano no debe buscar las cosas mundanales.
c) El cristiano debe llevar una vida ejemplar ante los incrédulos y creyentes.
La mundanalidad condenada por Dios
Por la mundanalidad debemos entender “la desmedida atención que el hombre presta a las cosas del mundo, diversiones, placeres y vicios”.
En las Santas Escrituras encontramos la siguiente aseveración: “… ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4).
Con especialidad la palabra de Dios se refiere a la lujuria o concupiscencia de la carne y de los ojos, así como a la soberbia de la vida: “porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne y la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida, no es del Padre, más es del mundo” (I Juan 2:16). Amonestándonos en contra de la concupiscencia (deseo inmoderado de los bienes terrenos y los goces sensuales)lo que tiene su equivalencia con la “Lujuria”, apetito desordenado de los deleites carnales. Por “soberbia de la vida” entendemos que se refiere al orgullo desmedido (falta de humildad),
Amonestación a no buscar las cosas de la carne
El apóstol Pedro aconseja: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma” (I Pedro 2:11).
La razón del porqué el cristiano debe abstenerse de las cosas mundanales (tales como: lecturas inmorales, tabernas, juego de azar, salones de baile y bailes particulares, centros nocturnos, diversiones insanas, obras de teatro y películas obscenas) es porque ahora en Cristo Jesús es llamado a ser una nueva criatura para gloria del Creador; y es menester que se ubique en el lugar al que ha sido trasladado. Pablo dice: “Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su Amado Hijo” (Colosenses 1:13). Viviendo en el mundo, pero sin practicar la mundanalidad.
Responsabilidad de llevar una vida ejemplar
El cristiano tiene la responsabilidad de llevar una vida ejemplar delante de los incrédulos y de los creyentes.
Delante de los incrédulos para que el nombre de Dios no sea blasfemado; “Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los gentiles…” (Romanos 2:14).
Delante de los creyentes, para que con nuestro ejemplo sean impulsados a la superación espiritual:“Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza” (I Timoteo 4:12).

hábitos impuros


Lo que la IGLESIA DE DIOS (7° DIA) A.R. cree y proclama referente a los “Hábitos impuros y corrompidos”, es que:
a) Los hijos de Dios deben abstenerse de todo hábito que sea dañino y que contamine a su cuerpo.
b) Ninguna práctica o uso de cosa que altere la honestidad, la vergüenza o la modestia, se encontrará en un cristiano.
Razón de la abstención de hábitos impuros y corrompidos
La razón por la cual un hijo de Dios debe abstenerse de todo hábito impuro y corrompido, es que Dios lo ha escogido para que su cuerpo sea Templo del Espíritu Santo. Pablo expresa: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (I Corintios 3:16).Por lo cual, Dios pide que su templo sea conservado en limpieza y santidad, advirtiendo al que lo violare que: “… Dios destruirá al tal” porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (I Corintios 3:17).
Hábitos impuros y corrompidos
El apóstol Pablo al darnos una lista de las obras de la carne, menciona que la práctica de dichas cosas impedirá la entrada al Reino de Dios: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia (homosexualidad), disolución, (en algunas traducciones de la Biblia se encuentra la palabra “lascivia” que es propensión a los deleites carnales; disolución es relajación de vida y de costumbres), idolatría, hechicerías (condenándose la práctica y/o consulta de la misma); enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banqueteos
y cosas semejantes a estas, de las cuales os denuncio como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).
En Colosenses 3:5-9 se amonesta a aquél que ha aceptado a Jesucristo: “Amortiguad (haced morir), pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie (afición al regalo y la comodidad; también significa afeminación), mala concupiscencia (en todo lo anterior se amonesta en contra de las pasiones desordenadas, antinaturales y degradantes).Avaricia, que es idolatría: Por las cuales cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de rebelión .En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ella. Más ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndose despojado del viejo hombre con sus hechos”.
Vida Santa, justa y pía en los hijos de Dios
La amonestación que se nos da sobre nuestra manera de vivir, es: “Andemos como de día, honestamente: no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidias” (Romanos 13:13) “…renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada y justa, y píamente” (Tito 2:12).

Seguid la paz con todos


Lo que la IGLESIA DE DIOS (7° DIA) A.R. cree y proclama respecto a la “lucha carnal”, es que:
a) La lucha carnal es repudiada por la doctrina cristiana.
b) El cristiano debe amar a sus enemigos.
c) Por tanto, todo miembro de la Iglesia de Dios (7° día) se opondrá terminantemente a participar en toda lucha carnal.
d) La lucha del cristiano es espiritual.
La Doctrina Cristiana una doctrina pacifista
Se entiende por “lucha carnal” toda clase de pleitos, contiendas, riñas, disputas, altercados, enemistades, peleas, guerras, etc., que el hombre pueda tener con su prójimo; el cristiano debe repudiar cualquier forma de lucha carnal, ya que la doctrina cristiana es de paz.
El escritor a los Hebreos dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Hebreos 12:14).
La manera de actuar que nos recomienda hacia aquél que ha obrado mal contra nosotros, es la siguiente: “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, no deis lugar a la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor" (Romanos 12:17-19).
Los pleitos, las iras, las contiendas, las enemistades, las disensiones, etc., son obras de la carne (Gálatas 5:19-21) por lo cual el cristiano no debe ser partidario de ellas.
Amemos a nuestros enemigos
El Señor Jesucristo, al dar mandamiento sobre “amar a nuestros enemigos”, dijo: “Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44)."Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:45-48).
Oposición a participar en las luchas carnales
El miembro de la Iglesia de Dios se opondrá terminantemente a participar en toda lucha carnal, porque ésta le orilla a herir a su prójimo.
No debe ser impulsado a tomar las armas en contra de sus semejantes, porque el mandamiento de Dios es: “No matarás” (Éxodo 20:13).
No debe dejarse arrastrar por el hombre para participar en luchas carnales, porque entendemos que: “es menester obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).
El Señor Jesús no permitió que sus siervos pelearan en guerra. Amonestó con severidad a quien quiso hacerlo, diciéndole: “vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a espada perecerán” (Mateo 26:51,52).
La lucha del cristiano es espiritual.
El cristiano tiene una lucha en la cual participa, pero ésta no es lucha carnal, sino espiritual. Razón por la cual “…las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4).
NOTA: En cualquier conflagración en la que nuestro país llegase a tomar parte, como ciudadanos debemos cooperar en auxiliar a los caídos como una labor humanitaria.